domingo, 26 de octubre de 2014

CON FIRMA. "De la necesidad del sindicalismo profesional, (o De Señores y Vasallos)", por Gabriel del Pozo

Dr. Gabriel del Pozo Sosa.
Las situaciones difíciles demuestran la capacidad de los profesionales, y las situaciones de crisis aún más. Afortundamente estamos superando una de ellas en nuestro país, y más concretamente en la Comunidad de Madrid, a raíz de la infección (en vías de resolución favorable) de una trabajadora, Teresa, por virus de Ébola, en el desarrollo de su actividad profesional atendiendo a un infectado repatriado.


Esta situación, evidentemente, ha demostrado la enorme capacidad de nuestros profesionales, pero también la poca capacidad de gestión que han tenido los políticos de nuestra Comunidad, encabezados por el Consejero de Sanidad. Sin embargo, queda demostrado también, una vez más, la importancia de los sindicatos de los profesionales sanitarios cuando estos realizan la función que deben realizar, y que en nuestro caso, como responsables de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores, hemos estado realizando desde antes de la crisis y en el desarrollo de la misma. 

Desde el principio peleamos por las condiciones de actuación de los profesionales en vías de su seguridad, de la necesidad de entrenamiento, de que fueran los técnicos los que afrontaran el abordaje y la comunicación. Peleamos el asesoramiento por profesionales expertos en la infección, como eran Médicos Sin Fronteras y la unidad NBQ del Ejército Español. Y, finalmente, desde el Gobierno de la Nación, se ponen en marcha toda una serie de actuaciones que se corresponden con lo demandado. Esto quiere decir que el sindicato hace su función y consigue su objetivo.

En una época de tanto ataque al sindicalismo por parte de los políticos (véanse declaraciones de Esperanza Aguirre, Ignacio González, etc.) o por parte de determinada prensa, generando confusión extendiendo a todos los sindicalistas actuaciones deshonestas de algunos, este sindicato profesional, AMYTS, ha vuelto a demostrar que no le mueve ningún interés político, que dentro de sus asociados caben todas las ideologías, que con cualquier gobernante está dispuesto a dialogar para el beneficio de usuarios y profesionales. Pero también que denunciará por todos los medios y caminos aquello que, crea, va en perjuicio de los profesionales sanitarios.

Sin embargo, no olvidemos que la denuncia viene instigada por los profesionales, pues la asociación no es nada, la asociación la constituimos todos y, como ente, no se mueve si nosotros no nos movemos. La duda existencial no es “¿qué hace la asociación por mí?”, sino “¿qué puedo hacer yo por mis compañeros y por mí?”. Luego, la asociación encauzará todas nuestras demandas y esfuerzos por resolverlas.

Los profesionales en esta situación hemos demostrado preparación e implicación, denunciando errores y aportado soluciones a los mismos, estando desde el principio por encima de la talla dada por nuestros gobernantes, haciendo buena la frase del poema de Mío Cid, que en su verso 20 dice:
«¡Dios, que buen vassalo, si oviesse buen señor!»

Gabriel del Pozo Sosa,
vicesecretario general de AMYTS