domingo, 26 de octubre de 2014

CON FIRMA. "Por un Colegio más democrático”, por Javier López de la Morena

Dr. Javier López de la Morena.
El Colegio de Médicos de Madrid, institución reguladora de la profesión médica, garante de su calidad y prestigio, está en crisis permanente. Durante muchos años ha sido el paradigma de la ocultación y del caciquismo, hasta desembocar en su ocupación por empresas externas ajenas a los intereses colegiales, quienes lo han convertido en un mercado para su propio beneficio.


Desde hace años, en los que la faraónica obra de remodelación de la sede colegial, hipotecó a esta entidad de por vida, el Colegio de Médicos no ha levantado cabeza. Sucesivas Juntas Directivas siempre presidencialistas, girando alrededor de una figura más o menos prestigiada de la medicina, no han sabido, no han querido o no han podido resolver los problemas que impiden al Colegio cumplir la función que le designan las leyes vigentes.

El punto culminante de esta crisis lo estamos viviendo desde las pasadas elecciones, en las que la candidatura ganadora ha transformado la institución en un territorio de guerra entre la Presidenta y su Junta Directiva. Tamaño dislate ha conseguido la general repulsa que, sumada al proverbial desapego del médico a un Colegio de pertenencia obligatoria, producen un rechazo unánime que lo haría desaparecer si se tratara de una colegiación voluntaria.

Contratos de gestores, asesores, empresas y otras formas de negocio, se han llevado a cabo a pesar de la total oposición de las diferentes asambleas de compromisarios. Hemos asistido a la presentación duplicada de presupuestos, la petición a la Asamblea de votaciones contrarias a lo que se presentaba y a un continuo cruce de acusaciones entre la Presidenta y su Junta Directiva, lo que ha derivado en múltiples pleitos judiciales, aún en vías de solución.

No es fácil de entender el motivo por el que no se convocan elecciones anticipadas para terminar con esta absurda situación, que mantiene por encima del clamor general, un Colegio inútil y tremendamente conflictivo. Aunque dadas las circunstancias jurídicas actuales, tal vez las partes quieran blindarse ante procedimientos jurídicos costosos.

La institución colegial se rige por unos estatutos obsoletos que limitan la participación de los colegiados, favorecen muy poco la transparencia y el control de las decisiones adoptadas por la Junta Directiva y otorgan a la Presidencia un poder omnímodo.

Un pequeño grupo de médicos sugerimos una solución consensuada para terminar con esta caótica situación, y la Junta Directiva presentó a la Asamblea de Compromisarios la propuesta de elaborar unos nuevos estatutos que garantizaran una mayor participación, más transparencia en su gestión, más y mejor control sobre las actuaciones de la Junta Directiva y de su Presidencia. Para ello se creó la Comisión para la Reforma Estatutaria y se invitó a participar a todas las candidaturas presentes en las pasadas elecciones colegiales. Uno de los principios básicos en el trabajo de dicha Comisión ha sido la democratización de las estructuras colegiales, tal como apunta reiteradamente el Proyecto de Ley de Servicios y Colegios Profesionales, vista ya en el Consejo de Gobierno y pendiente de su trámite parlamentario.

Algunas personas de las candidaturas invitadas a trabajar en la elaboración de este proyecto de Estatutos, que le debería dar al Colegio una salida digna y eliminaría de su estructura cualquier intento de interesada manipulación, declinaron su participación en aras a una representatividad más que dudosa en el contexto total de unas elecciones con una exigua participación. No era el momento de negarse a participar en este intento de regeneración que, si no recuerdo mal, se utilizó como bandera ideológica en todos los programas presentados para las citadas elecciones.

Sin ningún ánimo de protagonismo, con una tarea callada, sin ningún interés espurio, sin ánimo de lucro y sin favorecer a terceros, iniciamos la elaboración de un nuevo texto estatutario que pretende acercar la institución colegial a los médicos en el ejercicio de su profesión y garantizar a los ciudadanos la mejora continua de la calidad en la asistencia médica.

A pesar de todos los inconvenientes apuntados y a la acusación de intereses inconfesables, la Comisión ha terminado su labor y ha redactado unos nuevos Estatutos del Colegio Oficial de Médicos de Madrid, que contemplan los tres pilares básicos para su transformación: mayor participación, más transparencia y mayor control. La carencia de estos principios ha permitido el caciquismo, la corrupción y la invasión de empresas externas que han dirigido y expropiado su estructura, sus dependencias y hasta sucesivas Juntas Directivas.

Desde estas líneas quiero apelar al buen juicio de los profesionales médicos, que se merecen una institución que les acoja, represente y defienda de la pléyade de intrusos que desde todos los ámbitos nos acosan: instituciones, medicinas alternativas, políticos y administraciones diversas que, sin ninguna preparación, se permiten todo lujo de opiniones en contra de un colectivo con una excelente preparación profesional.

Es mucho lo que hay que cambiar en la estructura y el funcionamiento del Colegio de Médicos de Madrid, pero también es sumamente necesaria la aportación de los médicos, en solitario o en grupos más o menos interesados en su conquista. Debemos posponer intereses personales y, de una vez, aspirar a construir una entidad colegial acorde con los intereses profesionales y de cara a un mejor servicio a la sociedad.

Es hora pues de oír la voz de los médicos, de hacerles llegar el documento de nuevos Estatutos y escuchar sus aportaciones o rechazos, y promover su aprobación asamblearia para iniciar una nueva etapa y convocar, por fin, nuevas elecciones colegiales”.

Javier López de la Morena, miembro de la “Comisión para 
la Reforma Estatutaria” del Colegio de Médicos de Madrid